sábado, 9 de marzo de 2013

Cádiz del alma mia


Cádiz del alma mía

miércoles, 18 de noviembre del 2009 a las 00:00
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Aquí vi la luz un 17 de Diciembre hace muchos años. Yo he tenido aquí mis mejores vivencias. Y aunque en años decisivos  he estado fuera de aquí,  lo añoré y regresé a mi rincón  siempre que pude.

Aunque mis primeros años transcurrieron en África, siempre volvía en verano a Cádiz.  Recuerdo el  tranvía con jardinera. pasando bajo  Las Puertas de Tierra. Creo que la jardinera la enganchaban solo en verano. Las palabras Puertas de Tierra sonaban para mi distintas cuando estaba lejos de Cádiz.

Y sí  ciudades  como París , Roma o Madrid se simbolizan con La torre Eiffel , El Coliseo o la Cibeles,  siempre reconocí a Cádiz con esas Puertas de Tierra.

También identificaba a mi tierra con la cúpula amarilla de su catedral.  Sobre todo vista desde la perspectiva de la playa  Victoria. Los matices de su colorido varían según la estación, según el color del cielo o según la hora del día. Cuando contemplo  la Bahía desde la playa de Valdelagrana, puedo divisar esa cúpula que se yergue entre las dos torres.

Me gustan  mucho también  rincones como la Alameda. La Alameda llamada de Apodaca, tiene un encanto que merecería muchas páginas de mi blog por las tardes y noches  pasadas, en mi adolescencia y en mis años mas jóvenes.

Me llamó siempre la atención  la cerámica vidriada azul  y blanca de los asientos,  la forja de los respaldos, y el diseño de las farolas  junto a la balaustrada. ¡La de fotos que tengo junto a ella !. La vegetación se compone de abundantes árboles de distintas especies, algunos de ellos floridos en primavera. Pero lo mejor de la flora son los Ficus . Los gigantescos ficus que tanto abundan en mi ciudad. En la Alameda hay un par de ejemplares gigantescos. El mayor cerca de la iglesia del Carmen, próximo ya al Baluarte de La Candelaria

Recuerdo a veces una tienda cerca de la casa de mi abuela Ramona. Una tienda de bebidas era una taberna, donde algunos simpáticos  borrachines  bebían unos vasos de vino  blanco que ellos se servían de pequeñas botellas que llamaban medias limetas, de pié apostados en la barra.

La tienda en cuestión era conocida en Cádiz como "La Tienda de la Cabra " En esta tienda, , tiempo ha desaparecida, cantaban coplas del carnaval antiguo. Durante muchos veranos les oía y me gustaba hacerlo, y acércame para oírles mejor. Se trataba de El Quini y sus compañeros de coro , que cantaban  a capela,  casi nunca  con acompañamiento musical .

 Mi padre que era muy amante de la siesta veraniega,  se sentía molesto a veces por no poder dormir tranquilamente por las coplas. Yo les veía y les oía desde la calle y me sabía de memoria las letras que siempre eran un cante a las fiestas , a  la  mujer   o a los encantos del  paisaje gaditano.

Otra de las cosas del Cádiz que recuerdo con gran regocijo,  eran las tertulias en casa de mi abuela al anochecer. Asistía regularmente doña Manolita, una viuda madrileña muy educada, que a veces me contaba algún cuento y mis padres,  mi abuela y mi tía Josefa.  A veces también compartían estas veladas otra vecina del piso contiguo. Se trataba de Manuela  muy unida a la familia desde siempre .

A  los niños nos recogían mas temprano, e íbamos a regañadientes no sin antes despedirnos del resto de contertulios. Yo solía recitar algún poema que mi padre me hacia memorizar e Isabelita bailaba algún que otro baile de la época adiestrada por mi madre.

 Recuerdo un poema de José Carlos de Luna que se llamaba "  El Piyayo ". Mi madre también hacia a veces sus pinitos cantando alguna canción española  o ya por Alegría de Cádiz o alguna colombiana, siempre con indudable éxito.

 Está claro que mi abuela y mis tías  no tenían  ni  PlayStation, ni Consolas Nintendo. Tampoco tenían TV , y para nada echaban de menos un ordenador .Y aunque prefiero la vida actual, he querido hoy recordar aquellos tiempos  ya tan lejanos.
¡ Oh témpora o mores !
 

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