martes, 28 de julio del 2009 a las 00:00
Es costumbre en mi ciudad, Cádiz, usar un sustantivo o un adjetivo contrario a la realidad, ya se trate de una persona o una cosa.
Me vienen a la memoria tantos y tantos adjetivos que en el sentido que dije, disfrazan lo real con el contrario.
Hay en Cádiz una palabra muy usada para decir que un lugar, Bar, Plaza, Calle , Restaurante etc.., esta lleno de gente. Tan lleno que no cabe ni un alfiler, y decimos que está EMPETAO. Desconozco el origen del vocablo, pero me he aventurado a decir algo tan peregrino como que viniese del inglés "empty" , cuya traducción es vacío.
Recuerdo haberle oído a José María Pemán la costumbre de los andaluces de usar este tipo de disfraces. Y decía el Señor Pemán, que el cante flamenco era llamado así, a propósito del color de la piel de los cantaores, todo lo contrario de los holandeses, que generalmente son rubios, mas que morenos.
La costumbre de llamar Chato al poseedor de una generosa nariz, o llamar rubio a uno muy moreno o al contrario, es la ironía de nuestro pueblo, que gusta de estas bromas en el uso del lenguaje.
Una pesada broma era para un señor al que llamaban El Chato. Se trataba de don Jacinto, Director y dueño de la Academia La General de Tetuán, en el Marruecos de los años anteriores a la independencia de aquel país. Recuerdo como se enfurecía a veces al considerar que por su enorme nariz no debería ser apodado así. Una vez entre irónico y furioso se manoseaba la enorme nariz y delante de la clase decía: ¿Pero no veis que nariz tengo?
Otra pequeña historia hace referencia al histórico Ventorrillo EL CHATO, que fué construido en 1780, para alivio de caminantes, en el espigón polvoriento que unía Cádiz con San Fernando. Esta venta fué fundada por Chano García,a quien apodaban El Chato a causa de su gran nariz.
El Ventorrillo de El Chato, existe actualmente y es un estupendo Restaurante, que conste que no llevo comisión, y que, como a muchos gaditanos, me sirve de meta y referencia en mis largas marchas por la orilla del mar de Cádiz
Me vienen a la memoria tantos y tantos adjetivos que en el sentido que dije, disfrazan lo real con el contrario.
Hay en Cádiz una palabra muy usada para decir que un lugar, Bar, Plaza, Calle , Restaurante etc.., esta lleno de gente. Tan lleno que no cabe ni un alfiler, y decimos que está EMPETAO. Desconozco el origen del vocablo, pero me he aventurado a decir algo tan peregrino como que viniese del inglés "empty" , cuya traducción es vacío.
Recuerdo haberle oído a José María Pemán la costumbre de los andaluces de usar este tipo de disfraces. Y decía el Señor Pemán, que el cante flamenco era llamado así, a propósito del color de la piel de los cantaores, todo lo contrario de los holandeses, que generalmente son rubios, mas que morenos.
La costumbre de llamar Chato al poseedor de una generosa nariz, o llamar rubio a uno muy moreno o al contrario, es la ironía de nuestro pueblo, que gusta de estas bromas en el uso del lenguaje.
Una pesada broma era para un señor al que llamaban El Chato. Se trataba de don Jacinto, Director y dueño de la Academia La General de Tetuán, en el Marruecos de los años anteriores a la independencia de aquel país. Recuerdo como se enfurecía a veces al considerar que por su enorme nariz no debería ser apodado así. Una vez entre irónico y furioso se manoseaba la enorme nariz y delante de la clase decía: ¿Pero no veis que nariz tengo?
Otra pequeña historia hace referencia al histórico Ventorrillo EL CHATO, que fué construido en 1780, para alivio de caminantes, en el espigón polvoriento que unía Cádiz con San Fernando. Esta venta fué fundada por Chano García,a quien apodaban El Chato a causa de su gran nariz.
El Ventorrillo de El Chato, existe actualmente y es un estupendo Restaurante, que conste que no llevo comisión, y que, como a muchos gaditanos, me sirve de meta y referencia en mis largas marchas por la orilla del mar de Cádiz
No hay comentarios:
Publicar un comentario