jueves, 7 de marzo de 2013

Reencuentro con Marruecos

Reencuentro con Marruecos

martes, 29 de junio del 2010 a las 10:00
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El día 11 de Junio por fin salí hacia Marruecos. Y digo por fin porque después de cincuenta años no había vuelto  por aquel país. Lo he dicho así  sin pensarlo y ahí es nada, medio siglo desde que salí  definitivamente con mis padres y hermanas.

Domingo Outón a través de un correo  electrónico, me envió el anuncio del programado viaje,  el  que para cerca de noventa personas sería esta vez,  el tercer encuentro con la ciudad marroquí de Xauen.

Yo,  que había llegado a Algeciras el día anterior,  me reuní con el resto de expedicionarios en la estación marítima del puerto. Sentí una repentina regresión al pasado al ver a  algunos amigos y conocidos que hacía muchos  años que no veía, entre otros Antonio hermano de Domi  y curiosamente adiviné a otro que por el parecido extraordinario con su padre no me iba a fallar,  Joaquin Outon, su madre Gloria y una  bella joven hija  de ésta, de extraordinario valor humano  , digna representante del espíritu luchador de la familia entera.

Salimos del puerto a la una y cincuenta  en una  tarde espléndida, con un mar en calma cuando  embarcamos en el Jaume I de la compañía Balearia. La  ruta en la travesía del Estrecho  era   muy particular ya que, ni hacíamos el recorrido hacia Ceuta ni hacia la ciudad de Tanger, sino a un extraño puerto en construcción  llamado Tanger Med.

Nada   que ver con las estupendas entradas a Africa por  Ceuta o Tanger. Es ese lugar, una enorme extensión desértica con un cercano inmueble,  Gare Maritime, hacia donde nos dirigimos en sendos autobuses para los trámites aduaneros.

Enseguida de nuevo a los autobuses para encarar la autopista de peaje que conecta con Rabat, en  una de cuyas salidas nos desviamos hacia Tetuan. Tetuan la Blanca o Paloma Blanca.

Extraños   flaxes me venían de mi infancia, adolescencia y juventud cuando contemplé aquellos paisajes no por lejanos en el tiempo menos queridos: Gorges, Pico de las Monas, Yarguis , contemplábamos en los autobuses esa orografía y ya en Tetuán  a través de la carretera de circunvalación, la antigua estación de ferrocarril de mi niñez, el colegio del Pilar y parada en la Puerta de la Reina( Bab Okla),  donde dejamos los autobuses para dirigirnos a través de esa Puerta,  la mas bella y emblemática  de la vieja ciudad norteña,  a la Medina Tetuaní.  Apenas había cambiado en tantos años.

Inmediatamente y dada la hora nos dirigimos a un palacio en la misma Medina. Allí nos fue servido  un   almuerzo típicamente árabe, amenizado con folklore marroquí danza del vientre incluida, por una joven indígena y una danza de un equilibrista con la bandeja sobre la cabeza . La bandeja llena de vasos de te y velas encendidas y contorsiones y diversos movimientos en el mas difícil todavía y con  música acompañante.

Pregunté en árabe como se llamaba el bonito palacio a uno de los músicos y me respondió que era el Riad Saad osea Jardín de la Buena Suerte.
Un paseo a través de la Medina nos llevó  hasta la antigua Plaza de España . Ya sabia que había cambiado pero aun así me resultó tan distinta....

Durante el trayecto a través de la Medina en esa visita relámpago a Tetuán,  pude encontrarme con mi amigo Abdeslam Karraz, notable tetuaní, con el que había quedado y  con quien mantengo frecuente correspondencia on line . Me acompañó en esa agradable aunque  brevísima estancia. Excelente persona,  que al igual  que algunos  marroquies recuerdan aquellos años de feliz convivencia entre ambas culturas.Tuvimos ocasión de conocernos personalmente,ya que ambos nos conocíamos solo  a traves de la Asociacion La Medina  de Antiguos Residentes en Marruecos a la que ambos pertenecemos.

En lugar de continuar hacia el ensanche como hubiese deseado, nos adentramos en otra zona de la Medina donde pudimos descansar un rato en un herbolario y  donde nos enseñaron toda clase de perfumes, ungüentos, especies, esencias y muchas mas cosas, para que comprásemos si algo nos gustaba.

Llegamos de nuevo a la Puerta de la Reina y  emprendimos camino hacia Xauen. Durante el trayecto desde Tetuán tuve ocasión de conocer a muchas personas que venían en mi mismo autobús entre ellos mi compañera de asiento Rosa, que venía con otros familiares desde Vitoria, excelente conversadora que me hizo amenisimo el viaje.

Caía la tarde cuando después de más de una hora de recorrido divisamos a lo lejos las siluetas de los montes Tisuka y  Megú y por fin Xauen.  Alojamiento en el Parador y a continuación  bajamos a cenar .Compartí mesa con los magníficos  amigos Manolo Iglesias , el genial acuarelista que decora a veces  la portada de la revista Xauen,  su encantadora mujer Maria Jesús y su hijo, mi tocayo Jose Manuel Iglesias, al que tanta gracia le hizo la coincidencia de nuestros nombres y apellidos,  al ser presentados por Domingo cuando navegábamos por el Estrecho. Obviamos Gibraltar como es costumbre entre los habitantes próximos a esa zona.

Y  la cena en el Parador como en Riad Saad,  una cena típicamente moruna desde la Herira hasta el Cuscús y frutas del tiempo.Ya cansados de todo el viaje nos retiramos a descansar depues de una larga sobremesa y de saludos y presentaciones.

De madrugada me desperté con el canto y rezos del  Almuecin que desde una mezquita muy próxima al Parador no dejó de cantar y de alabar a Alá  durante un buen rato.

Al día siguiente desayuno y bajada a un colegio que en tiempos pasados llamose  Ramón y Cajal y que hoy día sigue siendo colegio con el nombre de  Hasan Abi  Jamaa, éste, un musulman cofundador de la ciudad. Allí fuimos todos y  les  hicimos  entrega  a la dirección y   profes de un cargamento de  mochilas rellenas de material escolar y deportivo que cada uno aportó . Domingo  les  hizo entrega de un álbum  y después  en el aula principal, compartimos  con su director y profesores un segundo    desayuno  con riquisimos pasteles típicos de la zona.

Toda la mañana estuvimos paseando por la ciudad evocando recuerdos y haciéndonos fotos de todos aquellos rincones a cual mas pintorescos: Alcazaba, Plaza Utta Hammam, Ras Elmá y en general toda la  Medina, la antigua Plaza de España y otros lugares de feliz recuerdo para muchos.
Coincidimos en un restaurante de la Medina algunos grupos. En una de las mesas  estábamos  Rosadelia ,Pilar y Esteban,  Carlos y su esposa y yo. Muy interesante la conversación que sostuvimos en un ambiente cordialísimo con los tés con hierbabuena( atai nana)  de la sobremesa,  con que nos   obsequiaba el  dueño del establecimiento.

Por la tarde estuvimos haciendo compras por los mercadillos de la Medina Xauní o los que rodean al  Parador  y Plaza Utta Hammam.
Y después la cena de Gala. Un banquete esta vez ornamentado en mesas  alargadas  donde hubo todo lo típico que se suele degustar en los banquetes de Marruecos . No  voy a enumerar la composición de los manjares para no alargar esta crónica de mi ansiado viaje.Tampoco faltó en esta  ocasión la música de los tres artistas y la danzarina ataviada al estilo rural de la comarca, como el equilibrista de la bandeja de los vasos de té

Y con las charlas de Domingo  Outón  recordando   tiempos pasados, los  saludos y agasajos de las autoridades locales y las rifas de las habilidades presentadas por algunos de los presentes, se alargó la velada hasta bien entrada la madrugada. Horas felices.

Al día siguiente domingo, día libre en el programa de Hispamaroc que yo aproveché para viajar a Tetuán, pero esa será otra crónica que pronto escribiré inch  Aláh

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