Reencuentro con Marruecos
martes, 29 de junio del 2010 a las 10:00
El día 11 de Junio por fin salí hacia Marruecos. Y digo por fin porque después de cincuenta años no había vuelto por aquel país. Lo he dicho así sin pensarlo y ahí es nada, medio siglo desde que salí definitivamente con mis padres y hermanas.
Domingo Outón a través de un correo electrónico, me envió el anuncio del programado viaje, el que para cerca de noventa personas sería esta vez, el tercer encuentro con la ciudad marroquí de Xauen.
Yo, que había llegado a Algeciras el día anterior, me reuní con el resto de expedicionarios en la estación marítima del puerto. Sentí una repentina regresión al pasado al ver a algunos amigos y conocidos que hacía muchos años que no veía, entre otros Antonio hermano de Domi y curiosamente adiviné a otro que por el parecido extraordinario con su padre no me iba a fallar, Joaquin Outon, su madre Gloria y una bella joven hija de ésta, de extraordinario valor humano , digna representante del espíritu luchador de la familia entera.
Salimos del puerto a la una y cincuenta en una tarde espléndida, con un mar en calma cuando embarcamos en el Jaume I de la compañía Balearia. La ruta en la travesía del Estrecho era muy particular ya que, ni hacíamos el recorrido hacia Ceuta ni hacia la ciudad de Tanger, sino a un extraño puerto en construcción llamado Tanger Med.
Nada que ver con las estupendas entradas a Africa por Ceuta o Tanger. Es ese lugar, una enorme extensión desértica con un cercano inmueble, Gare Maritime, hacia donde nos dirigimos en sendos autobuses para los trámites aduaneros.
Enseguida de nuevo a los autobuses para encarar la autopista de peaje que conecta con Rabat, en una de cuyas salidas nos desviamos hacia Tetuan. Tetuan la Blanca o Paloma Blanca.
Extraños flaxes me venían de mi infancia, adolescencia y juventud cuando contemplé aquellos paisajes no por lejanos en el tiempo menos queridos: Gorges, Pico de las Monas, Yarguis , contemplábamos en los autobuses esa orografía y ya en Tetuán a través de la carretera de circunvalación, la antigua estación de ferrocarril de mi niñez, el colegio del Pilar y parada en la Puerta de la Reina( Bab Okla), donde dejamos los autobuses para dirigirnos a través de esa Puerta, la mas bella y emblemática de la vieja ciudad norteña, a la Medina Tetuaní. Apenas había cambiado en tantos años.
Inmediatamente y dada la hora nos dirigimos a un palacio en la misma Medina. Allí nos fue servido un almuerzo típicamente árabe, amenizado con folklore marroquí danza del vientre incluida, por una joven indígena y una danza de un equilibrista con la bandeja sobre la cabeza . La bandeja llena de vasos de te y velas encendidas y contorsiones y diversos movimientos en el mas difícil todavía y con música acompañante.
Pregunté en árabe como se llamaba el bonito palacio a uno de los músicos y me respondió que era el Riad Saad osea Jardín de la Buena Suerte.
Un paseo a través de la Medina nos llevó hasta la antigua Plaza de España . Ya sabia que había cambiado pero aun así me resultó tan distinta....
Durante el trayecto a través de la Medina en esa visita relámpago a Tetuán, pude encontrarme con mi amigo Abdeslam Karraz, notable tetuaní, con el que había quedado y con quien mantengo frecuente correspondencia on line . Me acompañó en esa agradable aunque brevísima estancia. Excelente persona, que al igual que algunos marroquies recuerdan aquellos años de feliz convivencia entre ambas culturas.Tuvimos ocasión de conocernos personalmente,ya que ambos nos conocíamos solo a traves de la Asociacion La Medina de Antiguos Residentes en Marruecos a la que ambos pertenecemos.
En lugar de continuar hacia el ensanche como hubiese deseado, nos adentramos en otra zona de la Medina donde pudimos descansar un rato en un herbolario y donde nos enseñaron toda clase de perfumes, ungüentos, especies, esencias y muchas mas cosas, para que comprásemos si algo nos gustaba.
Llegamos de nuevo a la Puerta de la Reina y emprendimos camino hacia Xauen. Durante el trayecto desde Tetuán tuve ocasión de conocer a muchas personas que venían en mi mismo autobús entre ellos mi compañera de asiento Rosa, que venía con otros familiares desde Vitoria, excelente conversadora que me hizo amenisimo el viaje.
Caía la tarde cuando después de más de una hora de recorrido divisamos a lo lejos las siluetas de los montes Tisuka y Megú y por fin Xauen. Alojamiento en el Parador y a continuación bajamos a cenar .Compartí mesa con los magníficos amigos Manolo Iglesias , el genial acuarelista que decora a veces la portada de la revista Xauen, su encantadora mujer Maria Jesús y su hijo, mi tocayo Jose Manuel Iglesias, al que tanta gracia le hizo la coincidencia de nuestros nombres y apellidos, al ser presentados por Domingo cuando navegábamos por el Estrecho. Obviamos Gibraltar como es costumbre entre los habitantes próximos a esa zona.
Y la cena en el Parador como en Riad Saad, una cena típicamente moruna desde la Herira hasta el Cuscús y frutas del tiempo.Ya cansados de todo el viaje nos retiramos a descansar depues de una larga sobremesa y de saludos y presentaciones.
De madrugada me desperté con el canto y rezos del Almuecin que desde una mezquita muy próxima al Parador no dejó de cantar y de alabar a Alá durante un buen rato.
Al día siguiente desayuno y bajada a un colegio que en tiempos pasados llamose Ramón y Cajal y que hoy día sigue siendo colegio con el nombre de Hasan Abi Jamaa, éste, un musulman cofundador de la ciudad. Allí fuimos todos y les hicimos entrega a la dirección y profes de un cargamento de mochilas rellenas de material escolar y deportivo que cada uno aportó . Domingo les hizo entrega de un álbum y después en el aula principal, compartimos con su director y profesores un segundo desayuno con riquisimos pasteles típicos de la zona.
Toda la mañana estuvimos paseando por la ciudad evocando recuerdos y haciéndonos fotos de todos aquellos rincones a cual mas pintorescos: Alcazaba, Plaza Utta Hammam, Ras Elmá y en general toda la Medina, la antigua Plaza de España y otros lugares de feliz recuerdo para muchos.
Coincidimos en un restaurante de la Medina algunos grupos. En una de las mesas estábamos Rosadelia ,Pilar y Esteban, Carlos y su esposa y yo. Muy interesante la conversación que sostuvimos en un ambiente cordialísimo con los tés con hierbabuena( atai nana) de la sobremesa, con que nos obsequiaba el dueño del establecimiento.
Por la tarde estuvimos haciendo compras por los mercadillos de la Medina Xauní o los que rodean al Parador y Plaza Utta Hammam.
Y después la cena de Gala. Un banquete esta vez ornamentado en mesas alargadas donde hubo todo lo típico que se suele degustar en los banquetes de Marruecos . No voy a enumerar la composición de los manjares para no alargar esta crónica de mi ansiado viaje.Tampoco faltó en esta ocasión la música de los tres artistas y la danzarina ataviada al estilo rural de la comarca, como el equilibrista de la bandeja de los vasos de té
Y con las charlas de Domingo Outón recordando tiempos pasados, los saludos y agasajos de las autoridades locales y las rifas de las habilidades presentadas por algunos de los presentes, se alargó la velada hasta bien entrada la madrugada. Horas felices.
Al día siguiente domingo, día libre en el programa de Hispamaroc que yo aproveché para viajar a Tetuán, pero esa será otra crónica que pronto escribiré inch Aláh
Domingo Outón a través de un correo electrónico, me envió el anuncio del programado viaje, el que para cerca de noventa personas sería esta vez, el tercer encuentro con la ciudad marroquí de Xauen.
Yo, que había llegado a Algeciras el día anterior, me reuní con el resto de expedicionarios en la estación marítima del puerto. Sentí una repentina regresión al pasado al ver a algunos amigos y conocidos que hacía muchos años que no veía, entre otros Antonio hermano de Domi y curiosamente adiviné a otro que por el parecido extraordinario con su padre no me iba a fallar, Joaquin Outon, su madre Gloria y una bella joven hija de ésta, de extraordinario valor humano , digna representante del espíritu luchador de la familia entera.
Salimos del puerto a la una y cincuenta en una tarde espléndida, con un mar en calma cuando embarcamos en el Jaume I de la compañía Balearia. La ruta en la travesía del Estrecho era muy particular ya que, ni hacíamos el recorrido hacia Ceuta ni hacia la ciudad de Tanger, sino a un extraño puerto en construcción llamado Tanger Med.
Nada que ver con las estupendas entradas a Africa por Ceuta o Tanger. Es ese lugar, una enorme extensión desértica con un cercano inmueble, Gare Maritime, hacia donde nos dirigimos en sendos autobuses para los trámites aduaneros.
Enseguida de nuevo a los autobuses para encarar la autopista de peaje que conecta con Rabat, en una de cuyas salidas nos desviamos hacia Tetuan. Tetuan la Blanca o Paloma Blanca.
Extraños flaxes me venían de mi infancia, adolescencia y juventud cuando contemplé aquellos paisajes no por lejanos en el tiempo menos queridos: Gorges, Pico de las Monas, Yarguis , contemplábamos en los autobuses esa orografía y ya en Tetuán a través de la carretera de circunvalación, la antigua estación de ferrocarril de mi niñez, el colegio del Pilar y parada en la Puerta de la Reina( Bab Okla), donde dejamos los autobuses para dirigirnos a través de esa Puerta, la mas bella y emblemática de la vieja ciudad norteña, a la Medina Tetuaní. Apenas había cambiado en tantos años.
Inmediatamente y dada la hora nos dirigimos a un palacio en la misma Medina. Allí nos fue servido un almuerzo típicamente árabe, amenizado con folklore marroquí danza del vientre incluida, por una joven indígena y una danza de un equilibrista con la bandeja sobre la cabeza . La bandeja llena de vasos de te y velas encendidas y contorsiones y diversos movimientos en el mas difícil todavía y con música acompañante.
Pregunté en árabe como se llamaba el bonito palacio a uno de los músicos y me respondió que era el Riad Saad osea Jardín de la Buena Suerte.
Un paseo a través de la Medina nos llevó hasta la antigua Plaza de España . Ya sabia que había cambiado pero aun así me resultó tan distinta....
Durante el trayecto a través de la Medina en esa visita relámpago a Tetuán, pude encontrarme con mi amigo Abdeslam Karraz, notable tetuaní, con el que había quedado y con quien mantengo frecuente correspondencia on line . Me acompañó en esa agradable aunque brevísima estancia. Excelente persona, que al igual que algunos marroquies recuerdan aquellos años de feliz convivencia entre ambas culturas.Tuvimos ocasión de conocernos personalmente,ya que ambos nos conocíamos solo a traves de la Asociacion La Medina de Antiguos Residentes en Marruecos a la que ambos pertenecemos.
En lugar de continuar hacia el ensanche como hubiese deseado, nos adentramos en otra zona de la Medina donde pudimos descansar un rato en un herbolario y donde nos enseñaron toda clase de perfumes, ungüentos, especies, esencias y muchas mas cosas, para que comprásemos si algo nos gustaba.
Llegamos de nuevo a la Puerta de la Reina y emprendimos camino hacia Xauen. Durante el trayecto desde Tetuán tuve ocasión de conocer a muchas personas que venían en mi mismo autobús entre ellos mi compañera de asiento Rosa, que venía con otros familiares desde Vitoria, excelente conversadora que me hizo amenisimo el viaje.
Caía la tarde cuando después de más de una hora de recorrido divisamos a lo lejos las siluetas de los montes Tisuka y Megú y por fin Xauen. Alojamiento en el Parador y a continuación bajamos a cenar .Compartí mesa con los magníficos amigos Manolo Iglesias , el genial acuarelista que decora a veces la portada de la revista Xauen, su encantadora mujer Maria Jesús y su hijo, mi tocayo Jose Manuel Iglesias, al que tanta gracia le hizo la coincidencia de nuestros nombres y apellidos, al ser presentados por Domingo cuando navegábamos por el Estrecho. Obviamos Gibraltar como es costumbre entre los habitantes próximos a esa zona.
Y la cena en el Parador como en Riad Saad, una cena típicamente moruna desde la Herira hasta el Cuscús y frutas del tiempo.Ya cansados de todo el viaje nos retiramos a descansar depues de una larga sobremesa y de saludos y presentaciones.
De madrugada me desperté con el canto y rezos del Almuecin que desde una mezquita muy próxima al Parador no dejó de cantar y de alabar a Alá durante un buen rato.
Al día siguiente desayuno y bajada a un colegio que en tiempos pasados llamose Ramón y Cajal y que hoy día sigue siendo colegio con el nombre de Hasan Abi Jamaa, éste, un musulman cofundador de la ciudad. Allí fuimos todos y les hicimos entrega a la dirección y profes de un cargamento de mochilas rellenas de material escolar y deportivo que cada uno aportó . Domingo les hizo entrega de un álbum y después en el aula principal, compartimos con su director y profesores un segundo desayuno con riquisimos pasteles típicos de la zona.
Toda la mañana estuvimos paseando por la ciudad evocando recuerdos y haciéndonos fotos de todos aquellos rincones a cual mas pintorescos: Alcazaba, Plaza Utta Hammam, Ras Elmá y en general toda la Medina, la antigua Plaza de España y otros lugares de feliz recuerdo para muchos.
Coincidimos en un restaurante de la Medina algunos grupos. En una de las mesas estábamos Rosadelia ,Pilar y Esteban, Carlos y su esposa y yo. Muy interesante la conversación que sostuvimos en un ambiente cordialísimo con los tés con hierbabuena( atai nana) de la sobremesa, con que nos obsequiaba el dueño del establecimiento.
Por la tarde estuvimos haciendo compras por los mercadillos de la Medina Xauní o los que rodean al Parador y Plaza Utta Hammam.
Y después la cena de Gala. Un banquete esta vez ornamentado en mesas alargadas donde hubo todo lo típico que se suele degustar en los banquetes de Marruecos . No voy a enumerar la composición de los manjares para no alargar esta crónica de mi ansiado viaje.Tampoco faltó en esta ocasión la música de los tres artistas y la danzarina ataviada al estilo rural de la comarca, como el equilibrista de la bandeja de los vasos de té
Y con las charlas de Domingo Outón recordando tiempos pasados, los saludos y agasajos de las autoridades locales y las rifas de las habilidades presentadas por algunos de los presentes, se alargó la velada hasta bien entrada la madrugada. Horas felices.
Al día siguiente domingo, día libre en el programa de Hispamaroc que yo aproveché para viajar a Tetuán, pero esa será otra crónica que pronto escribiré inch Aláh
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